QUIERE SER EMPRESARIO... ASÚSTESE
De niños, nuestras madres
en su eterno afán por intentar hacernos lo menos doloroso posible nuestro paso
por este mundo nos dieron una de las enseñanzas que, para algunos, entre los
que me incluyo, nos quedo en lo más profundo del Cortex cerebral, ahí donde
inicia el subconsciente: nos enseñaron a tener miedo. No se mesa en la silla, que se cae; no juegue ahí que se va pegar con eso; no
salga a esas horas que lo van a robar; y lo peor de todo es que como parecían
profetas, adivinen.... Exacto, lo que
nos decían, pasaba exactamente tal y como lo habían dicho, y remataban con un
"Yo se lo dije". Entonces nos
fuimos metiendo ese miedo más y más hasta que un día con un sólo "Después
no diga que no se lo dije", bastaba para uno desistiera de cualquier plan
por más prometedor que fuera. Imagínense: fin de semana con todos los amigos en la
finca de los papas de la novia, solos, con bar en la piscina, plata, carro y
todos los juguetes. Más bacano pa´ donde... Ingenuamente, va uno, le pide permiso a la
mamá, y adivinen con perla le sale... Exactamente, adivinaron de nuevo...
"yo creo que es mejor que no vaya por allá, eso va ser para
problemas", "después no diga que no se le dijo", y yaaaa... con
eso bastaba para llamar a los amigos y decirles: "yo no puedo ir". El miedo a que la profecía se volviera realidad
era suficiente para desistir de ese fin de semana inolvidable. Y fuimos aprendiendo a tenerle miedo a todo,
incluso al éxito.
Y no es que este mal sentir miedo, incluso
podemos decir que el miedo es lo que ha llevado a la raza humana a dominar este
planeta (con todos los pros y los contras que ese dominio puede acarrear,
pero bueno, eso es pedazo de otro
pastel), ya que el miedo nos obliga a pensar, a sacar el instinto de supervivencia,
a aprender de los errores, a ser más suspicaces. Imaginemos como era antes en la prehistoria:
había un proyecto de homo sapiens en medio de una jungla o un bosque atestado
de fieras salvajes (igual que ahora el centro de Bogotá o casi cualquier
ciudad), solo que estas no roban, violan, emburundangan, arrojan ácido, etc,
sino que básicamente sólo te comían.
Este señor Primitivo sentía miedo, miedo a lo desconocido, miedo a
perder su vida, miedo a perder a sus hijos o a su concubina (porque no se
habían inventado el matrimonio, entonces no era la esposa), o a quedar por ahí
herido con una pierna o cualquier otro órgano colgando (saben a qué me refiero,
no sean malpensados). Entonces ese miedo
hizo que se inventara trampas, armas
para defenderse y cazar, la forma y el lugar para protegerse y proteger a su
familia, y creando así toda una serie de sucesos que lo llevaron a buscar la
forma de imponerse y dominar a esas otras especies. Es decir, el miedo lo llevo a progresar. Y en realidad es así, el miedo nos lleva a
actuar, a mejorar. Entonces, ¿Porqué
creemos que sentir miedo es malo? Yo opino que no es malo sentir miedo, es algo
que nos lleva a sacar nuestro instinto de supervivencia a sacar de alguna forma
toda esa fuerza y energía que llevamos dentro.
Lo realmente malo es dejar que el miedo nos domine.
Otro problema viene
cuando muestran en televisión y en los medios al super hombre: un personaje que
simplemente nos han pintado y nos muestran como lo último en guarachas, el
todo-lo-puedo, todas-me-adoran, mejor dicho, la última Coca Cola del desierto,
y nosotros nos comemos el cuento que debemos ser, o mejor debemos interpretar
ese personaje. Que debemos estar todo el tiempo y ante cualquier situación
completamente seguros. Con el ceño
fruncido, preguntado "¿eso es todo?".
Y nosotros queremos interpretar ese personaje, ser como él. Entonces, cuando nos invade el miedo, la
inseguridad, nos asustamos aún más, porque vemos que no somos como él y nos
sentimos menos, nos vamos convenciendo que somos unos miedosos, mientras que
todo el resto del mundo es tan seguro. Sin pensar, que los otros 7.000 mil
millones de personas en el mundo, andan por ahí, quizás con más miedo que
nosotros. NO está mal sentir miedo, va en nuestra naturaleza, es nuestro
instinto de conservación cuidándonos.
Entonces hasta aquí, concluyendo:
1. Sentir miedo es tan natural como sentir
sueño, hambre o alegría. No hay que sentirse mal por tener miedo.
2. No somos un
superhéroe. No somos protagonistas de novela.
Somos personas comunes. Sentimos
y vivimos, nos da miedo.
3. Lo realmente malo es
dejarse dominar por el miedo. No hay que
quedarse quietos a ver que pasa. Hay que
actuar. Viene el tren, estas en medio de
la carrilera, te invade el miedo, ¿que haces? ¿te quedas hay quieto? nooooo...
saltas a un lado, corres, haces algo, actúas.
Recuerda, si te quedas quieto, te lleva el tren.
Y todo esto como se aplica el mundo
empresarial, al emprendimiento. Algunos cuantos ya habrán caído en cuenta. Cuántas veces hemos tenido una idea, un
proyecto, y al que se o contamos nos dice:"yo no sé, yo no creo que sea
tan fácil, mire que a un primo quiso hacer eso y mejor dicho, quedo
arruinado", "después no diga que no se le dijo", y ahí se nos
revive el trauma. Y preferimos quedarnos
quietos y.... Chucu, chucu, chucu, chucu… pasó el tren y nos llevó. Incluso cuantas veces se nos presentó una
gran oportunidad, de esas que sólo teníamos que dar un pasito adelante nada más
y podríamos hacer todo lo que hemos soñado.
Y nos asustó el éxito. Nos dejamos llevar por el miedo de no saber
manejar el éxito y nos quedamos una vez más quietos. Así suena un poco triste, pero es verdad, nos
ha pasado.
Hacer empresa no es
fácil, empezar de cero no es fácil, pero tampoco imposible. Da miedo. Sin
embargo, si muchos otros lo han podido hacer, entonces por que no nosotros.
Sólo debemos actuar. No apartes el miedo, siéntelo. Piensa, que es lo que el
miedo te quiere decir. Dónde debes
protegerte. Cómo te debes defender. A
quién debes proteger. Has el miedo tuyo,
llévalo dentro de ti, traza un plan y actúa. Ahora, en este momento, lánzate, salta fuera de la carrilera y corre tras de
tu sueño, porque ahí viene el tren.